domingo, 22 de marzo de 2009

La Selección de La Volpe

Ricardo La Volpe y Caty Camacho

Algunos medios de comunicación pueden engañar a todo el mundo algún tiempo, pueden engañar a algunos todo el tiempo.
Pero no pueden engañar a todo el mundo, todo el tiempo.

Abraham Lincoln

Hoy a la distancia, al repasar las hojas del libro de mi vida y leer el capítulo de mi tiempo con la Selección Nacional de Fútbol, ¡sé que mi vida cambió! cuatro años de trabajo han dejado una marca indeleble en mi corazón, hoy tengo la necesidad de contar estos hechos desde el lado humano que me toco vivir, revelare esa cara la que no tiene mascara, esa a la que no tienen acceso los medios de comunicación y es desconocida por la afición, esta historia no es aquella que se beneficia con intereses perversos, que juzga y lastima sin fundamento, es la que se vive al interior de una selección, amigo lector los invito a navegar por los océanos profundos del dolor, del miedo, aquel que desgarra el alma y paraliza el corazón de un jugador de selección.
Tal vez no logre descifrar muy bien los esquemas de juego ó entender las duras criticas de las que fui objeto, pero... pésele a quien le pese me toco formar parte en esa Selección Nacional de la era La Volpe. Paso a paso detallare esos sueños que anidan en el corazón de cada jugador.
Mi único y verdadero afán es que el aficionado juzgue esta historia de la vida real sin desembolsar un solo peso.

En mis inicios con la Selección deambule por muchos meses en las concentraciones del tricolor, sin que nadie cuestionara mi presencia ahí, cada día que transcurría me mantenía a una distancia prudente de los medios de información y de todo acontecimiento periodístico que se desarrollo en el Centro de Alto Rendimiento, tenía la habilidad de pasar desapercibida, era una espectadora pasiva, pero nunca distante, siempre atenta de todo lo que sucedía en ese entorno, tuve el privilegio de presenciar la otra cara del balompié, como aderezo me toco ver los afanes que tienen que sortear los medios de comunicación y las vicisitudes que padecen a golpe de insufribles momentos de espera, en aeropuertos y lugares de concentración que tornan eternas las horas y los minutos de sus valiosas vidas. La gran mayoría de ellos se gano mi respeto, ya que no es fácil la labor de un reportero de campo, estos personajes acumulan en sus cuerpos el cansancio y el estrés, en muchas ocasiones hasta el tono de la piel les cambia a una coloración verdosa, por la cantidad de tiempo robado a las horas de sueño, si le sumamos las necesidades fisiológicas que deben aguantar, cuantas vejigas se abran enfermado por suplicar _ ¡me permite entrar a su baño! _ “qué horror” son los suplicios de su profesión, qué decir de los cuidados que deben de tener con sus pesados equipos, no los pueden descuidar ni un segundo, porque como un acto de magia desaparecerán casi a la vista de todos, soportar las inclemencias del tiempo es otro factor con el que deben lidiar, comer lo que encuentren sobre la marcha, ¡si es que acaso encuentran! es algo cotidiano, estar cuidando las puertas de acceso al Centro de alto Rendimiento o las entradas a los hoteles para ver ¿quién entra y quién sale?, correr más rápido que los otros es una constante lucha, para ganar un lugar privilegiado al hacer sus tomas para ilustrar sus notas, si lo que desean es una entrevista tendrán que sortear una serie de obstáculos y en muchas ocasiones soportar malos tratos de los que custodian las instalaciones… ¡yo sufrí! en carne propia del despotismo de estos personajes “guardianes” ¡que se pueden esperar las demás personas!, por supuesto que el amiguismo abre muchas puertas, ¡estos ojos que no se han de comer los gusanos!, “porque deseo ser incinerada” lo vieron todo… Y lo anotaron todo…
Presencie más de lo que aquí describo y con todo lo que vi, podría escribir otros libros, pero esa ya es otra historia...
Cada día de concentración de la selección, desfilaban personajes tanto del ámbito político, como del artístico, recomendados y anexos, ávidos de un autógrafo y una fotografía, conocer a los futbolistas es una tarea fácil para quien tiene influyentísmo… pero para la gente del pueblo puede ser la suma de horas de espera y malos tratos, como recompensa, ver a los jugadores de lejos, solo en contadas ocasiones un acercamiento de segundos... tanto tiempo perdido en una espera interminable, ¿para qué? ... No pierdan de vista este blog la historia continuara.
Queridos lectores tal vez no sé de sintaxis y mucho menos tengo el oficio de escritora, esto de contar una historia es una ardua labor, tanto tiempo sentada enfrente de la computadora, me ha sacado un dolor de cóccix terrible, mis codos pareciera que iban a quedarse engarrotados en el intento y no soportaría más el dolor, llegue a pensar que me estaba dando artritis, en muchas ocasiones intente abandonar este proyecto, escribir parecía ser una labor titánica, una tarde y muchas otras más se me escapaba el tiempo, este avanzaba consumiendo las horas a una velocidad vertiginosa, el segundero seguía su marcha y yo sin poder avanzar ni un solo renglón, ni que decir de una cuartilla, estaba totalmente improductiva, no sabía cómo darle forma a mis recuerdos, en mi pensamiento tomo fuerza la palabra desistir… aunado a mis ocupaciones cotidianas que me dejaban poco tiempo para este menester y... yo desperdiciando mi tiempo olímpicamente, sentada frente a un monitor en blanco.
Esa tarde escribí en mi ordenador la palabra desistir, una y otra vez, finalmente pensé
_ Creo que es tan fácil abandonar…a quien le va a importar si lo escribo o no. Si a esto le sumamos esas estadísticas que dicen que los mexicanos solo leemos un libro al año... inmersa estaba en mis reflexiones cuando de golpe entendí que sabia ¿Quien era el enemigo del desarrollo del fútbol mexicano? Además esta historia no tendria mordaza alguna ni temor al veto, no tengo ningún interes en beneficiar a nadie más que a la afición, estas son algunas de las grandes razónes para escribir mi relato, intentaría hacer algo digno, de fácil lectura, si una sola persona lo leía, estaba bien ya que para mi persona sería un reto cumplido.

Mi paso por la Selección Nacional de Fútbol parece ser un tiempo sin tiempo, puedo sentir que esos 4 años sucedieron tan solo en segundos, solamente al desmenuzar cada línea de las hojas desgastadas que están escritas en mi viejo cuaderno azul, (al cual se fueron sumando otros más) vuelvo a reencontrarme con esta historia, solo así puedo entender que este tiempo vivido fue real, ya que contiene un registro de mis vivencias en la intimidad de la selección mexicana de fútbol.
Bien iniciamos con el primer Capítulo
Mi primer día de trabajo con los seleccionados

Tengo muy presente, aquel primer día, en que tuve contacto con los futbolistas.
A mí llegada al Centro Pegaso como se llamaba en ese tiempo, fui recibida por Wilson Graneolatti con una gran sonrisa.
_ ¡Hola, bienvenida Caty! te voy a mostrar el centro, después te llevo al salón donde vas a estar.
El Centro de Alto Rendimiento es una construcción sobria, carente de lujos para mi gusto un hotel de 3 estrellas está más elegante.
La bienvenida la da un portón de dos hojas de aproximadamente 3 metros de altura, un camino estrecho que conduce hacia las canchas de entrenamiento, una pequeña escaleras conectan con los vestidores que tienen una vestíbulo de aproximadamente 20 metros cuadrados, para que el espacio no se vea vacio le colocaron unas mesas baratas de plástico con sus respectivas sillas, dos televisores empotrados del muro, más adelante la cabina de tinas de hidromasaje. La opinión de los jugadores es que parece una instalación militar y llega un momento en que les produce ansiedad su claustrofóbico encierro, cuando la concentración es larga, la depresión es compañera de varios de los jugadores.
Al término del recorrido por el Centro, Graneolatti me condujo a un pequeño auditorio que sería mi lugar de trabajo.
_Te dejo, si necesitas algo házmelo saber, en 5 minutos tienes acá a todos los muchachos, no me despido nos vemos más tarde -sentencio Wilson en tono apresurado_
Al encontrarme sola inspeccione “mi salón”, es un espacio confortable cuenta con luces que pueden cambiar de intensidad de acuerdo a las necesidades de las dinámicas, un pintarron blanco fue testigo mudo y absoluto de cada una de las dinámicas que ahí realice con los jugadores, una pantalla para la transmisión de videos y equipado con aire acondicionado...
Después de hacer la inspección ocular y acomodar mis cosas, entro un hombre de aspecto agradable y me dijo
_ ¡Hola Bienvenida! soy Benito, estoy en intendencia.
_ Hola cómo estas, me llamo Caty Camacho ­­
_ ¿Va a trabajar con los futbolistas?
Le conteste afirmativamente… se quedo pensativo y respondió.
_Ya han venido dos psicólogas a trabajar con los muchachos, la primera no aguanto ni una semana los jugadores le chiflaban y no le hacían caso, no regreso más.
_En tono confidencial agrego_

_La segunda, el primer día salió llorando... también se fue… ¡a ver cómo le va a usted! _sentencio con un tono de voz que parecía advertir que pasaría un rato amargo.
Tal vez fue mi imaginación, pero la profunda mirada que vi en sus ojos me hizo sentir que se compadecía de mi, casi puedo afirmar que Benito pensó “pobrecita no sabe en la que se mete”.
Se despidió no sin antes ponerse a mi disposición.
_Lo que se le ofrezca señito, por aquí voy a andar.
Con dicha advertencia solo me quedo inhalar profundo y pensar no puede ser tan malo, tengo experiencia en el trato con albañiles y siempre he sabido manejar la situación, confío en que voy a salir adelante en este reto.
Los jugadores hicieron acto de presencia, todos llegaron con el cabello húmedo, un olor intenso a loción Hugo Boss inundo el salón, de forma atropellada cada uno de los muchachos se fue colocando en un lugar, todos ocupando las dos últimas filas de asientos, me sorprendió observar a ese grupo, nunca había visto a tantos jóvenes juntos recién bañados, a la mayoría les escurría el agua por el rostro y sacudían la cabeza con vigor salpicando a sus compañeros como una gran travesura, “con el tiempo esa imagen sería cotidiana”.
Los muchachos habían quedando sentados lo más lejos de mí persona, después de la primera impresión les dije.
_ ¡Buenas tardes muchachos!, mi nombre es Caty Camacho, vamos trabajar juntos y me gustaria que se sentaran en las primeras filas ya que quedaron muy atrás, ¿Por qué no se sientan aquí adelante?
_ No aquí estamos bien, contestaron con firmeza
_El que decida sentarse aquí enfrente, tendrá un regalo.
_ No queremos regalos… así estamos bien dijeron con determinación
_ ¿Por qué tan lejos? pregunte intrigada.
_ ¡Es por cábala! ya que los últimos siempre serán los primeros…__ se escucharon risitas en el grupo.
_ ¡De acuerdo!, pero realmente me agradaría que se acercaran a mí, vamos a hacer una dinámica en el pizarrón y algunos deberán pasar al frente.
Unos a otros se miraron… su actitud parecía decir ¡no pensamos mover ni un solo dedo!
Algunos solo atinaron a levantar los hombros y subir los pies sobre el respaldo del asiento de enfrente, otros comentaron que así estaban cómodos, todos se quedaron callados.
Volví a insistir mirando directamente a los ojos a uno de los que parecía ser líder del grupo
Traje de regalo unos discos del grupo Era y... no bien había terminado mi frase cuando escuche una voz anónima que grito_ han de ser piratas_ todo el grupo estallo en risas.
_Se equivocan son originales, para acallar las risas rápidamente mire a Oswaldo Sánchez y le dije qué te parece si te sientas en esta fila, esto fue lo que contesto.
_ Yo si me siento adelante, vente compadre siéntate conmigo, Pável lo acompaño, ambos se ubicarón en la primera fila.
_ Gracias por acercarse.
Las miradas de escrutinio que los jugadores me lanzaban distaban mucho de ser discretas, estaba siendo sometida a una rigurosa inspección ocular, sin darles más tiempo intente iniciar mi platica, ¡pero un teléfono celular repiqueteo insistentemente!
Silencio absoluto del grupo… segundos después risas disimuladas se dejaron escuchar.
_ ¿Por qué no contestan? pregunte intrigada...silencio absoluto
¿De quién es el teléfono? cuestione con voz enérgica... nuevamente silenció, nadie contesto… vuelve a sonar el aparato, se escullan risitas burlonas...
_ ¿Quién es el dueño del celular? dije con firmeza, el teléfono no dejaba de sonar, por ahí se escucho una voz que dijo
_ ¡Ya guey contesta!... más risas, _le pido al dueño del aparato que salga a contestar.
_ No… ya colgaron _dijo una voz anónima.
_ Muy bien ahora si podemos empezar, mi nombre es Caty Camacho soy la persona que se va a encargar de la motivación del equipo y... una nueva interrupción la melodía de otro teléfono, acompañada de risas.
_ ¡De acuerdo quieren jugar!… en tono muy serio dije vamos a jugar… ¡si descubro al chistoso se sale y no vuelve más! sentencie con firmeza ...silencio absoluto, se respiraba una tensa calma, nuevamente el mismo sonido... “Tengo el oído muy fino”, pude localizar de donde provenía el sonar.
_ ¡Dame el teléfono voy a contestar!
Antes de tomar el aparato se escucho una risa del otro lado del salón, era uno de los muchachos, me di cuenta que él era el chistoso que estaba llamando a sus compañeros para interrumpir, todos trataban de contener la risa, se miraban con complicidad los unos a los otros, “creó era una inocente novatada que tenían por costumbre realizar.
_ ¡Muy bien! desde este momento quiero aquí todos los celulares apagados, al tiempo que señalaba una silla, los muchachos se miraron entre sí... todos callados pero nadie se movía de su lugar… de pronto uno de ellos coloco su celular en el lugar indicado y atino a decir,
_ ¡Qué esperan!
Palabras mágicas, cada uno coloco sus aparatos en el lugar señalado, ¡oh sorpresa! había quedado una montaña de teléfonos de todos colores, los más modernos “como dato curioso algunos portaban hasta 3 celulares”.
Me erguí con actitud de grandeza ,todo lo que me permitió mi I.66 metros de estatura, más de 10 cm de tacón y sentencie con voz firme.

_ Las reglas son estas: (al hablar buscaba la mirada de los jugadores) antes de entrar, los celulares deberán estar apagados, el baño esta en el interior del salón y no está permitido salir.
¡Tengo muy claro que en el campo de juego ustedes mandan!… ¡pero aquí la que manda soy yo!…señores. “Me la jugué a todo o nada, si me quedaba me haría respetar, si no que rayos haría ahí”.
Silencio absoluto… aquel grupo se desconcertó por unos instantes, tiempo después me dijeron algunos de los jugadores que si no hubiera mostrado “huevos” no me hubieran tomado en serio, cuando salieron de su asombro su actitud era otra.
Sabía que no habría más distracciones, inicie sin mayor preámbulo mi relato de la Conquista de México.
¡Día con día nos preguntamos!
¿Qué es lo que nos produce tanto miedo a los mexicanos? que no, nos permite arriesgar, enfrentar retos de gran envergadura, salir de nuestra zona de confort donde la mediocridad avanza a pasos agigantados.
¿Qué es lo que causa que nuestros sueños se extingan como llamarada de petate?
¿Qué es lo que nos provoca ese caos interno? que no nos permite superar nuestros temores...
Los españoles nos robaron a sangre y fuego nuestra identidad cultural...
hablaba yo con tal énfasis que logre enganchar a los futbolistas con mi relato, les estaba impartiendo clases de historia y ahi estaban embelesados.
Continuara...