jueves, 2 de abril de 2009

La Conquista de México

Futbolistas Mexicanos en clase de Historia

Para ser Mexicano no basta con nacer en el territorio nacional, debemos entender nuestras raíces indígenas como parte de un todo, no podemos negar o separar nuestro grandioso pasado cultural ¿Cómo pueden decir que se ha descubierto una tierra? que estaba habitada por más de 25 millones de indígenas. En las escuelas nunca mencionan que realmente fue una invasión. En este triste relato nadie nos cuenta la verdad.
EL 80% de la tripulación de las famosas carabelas estaba compuesta por gente de la peor calaña, que no tenían más porvenir que pasar el resto de su vida en una cárcel, al no tener nada que perder y si todo que ganar, los conquistadores se embarcaron para ser los protagonistas de una gran tragedia para nuestros pueblos indígenas. Llegando con los españoles, la viruela, la peste, la fiebre amarilla, la crueldad y el horror.
Relata Rodrigo de Escobedo, escribano de la armada española.
_La primera impresión que tuve de los indígenas, es que son hombres de hermosos cuerpos, muy bien hechos, de cabellos negros, gruesos y brillantes como la seda, no son ni blancos, ni negros, más bien son prietos, de buena estatura, de grandeza pintan su rostro, no traen armas ni las conocen, porqué les mostré mi espada y la tomaron por el filo, cortándose con ignorancia.
Les obsequiamos botones, cuentas de colores, espejos y otras baratijas, los indígenas correspondieron con regalos exóticos, papagayos, frutas, piezas de oro y plata, el gesto que mostraron era de amabilidad.
Sin embargo, el verdadero rostro de los conquistadores españoles quedo al descubierto, la avidez por el oro, las riquezas, el deseo de colonizar y dominar a los indígenas estaba presente.
A los ojos de los aztecas los españoles pasaron a ser malos tehúles (extraños) que debían ser combatidos, esto motivo una sangrienta lucha en el templo mayor.
Surge la resistencia armada que tuvo como resultado el triunfo de los aztecas, en la llamada noche triste, donde Hernán Cortes lloro su derrota

Los Tlaxcaltecas quienes tenían una gran rivalidad con los aztecas se aliaron a los españoles y se reagruparon, para volver a tomar Tenochtitlán.
Los aztecas organizaron la defensa, la cual duro tres meses, fueron derrotados no sin antes mostrar una capacidad de resistencia, que impresiona hasta los días de hoy, finalmente vencidos, los sobrevivientes experimentaron la sensación de haber sido abandonados por sus dioses.
Se configura de esta manera una mentalidad que asume la derrota con resignación con la creencia, que era un designio de los dioses.
Dicha mentalidad explica la ausencia de resistencia azteca posterior a la conquista.
Este grupo invasor con una cultura diferente, afirmaba en cada momento su superioridad en todos los campos posibles frente a los pueblos indígenas, era una costumbre que los españoles nos denigraran, utilizaban el término peyorativo “hazte a un lado pinche indio pata rajada", para los conquistadores el color de nuestra piel morena denotaba una condición de inferioridad.
Recientes estudios han demostrado que murió entre el 90 y el 95 % de la población autóctona sin que nadie hiciera nada por evitarlo.
El exterminio sistemático más aterrador y violento se consumó, fue un genocidio de proporciones trágicas, cometido por los colonizadores, del que nadie habla.
El hasta entonces glorioso Imperio Azteca había desaparecido, quedando la raza prácticamente exterminada, vencida y humillada.
Después de la conquista, quedo una marca profunda he imborrable de dolor, de angustia, los conquistadores no sólo se conformaron con marcarnos como animales con hierro candente, quebraron la grandeza de un pueblo, la inoculación a la que fueron sometidos los indígenas fue de proporciones trágicas, el trato de esclavos devasto lo que quedaba de nuestra identidad y aun peor nos despojaron de la dignidad, se nos obligo a no mirar a los ojos a los españoles, a contestar lo que diga usted, lo que mande usted... se nos hizo sentir que no éramos nadie, ni valíamos nada como seres humanos, el gen del perdedor y de la derrota corrió por la sangre de toda nuestra raza de bronce.
Lo más doloroso para los pueblos indígenas fue que destruyeron sus templos y en esos mismos lugares los obligaron a construir las grandes edificaciones españolas y las iglesias católicas, en el Centro del a Ciudad de México tenemos el ejemplo más claro, la Ciudadela.
El daño estaba hecho y para rematar, las posadas que eran una práctica cristiana traída de Europa.
Los antiguos mexicanos celebraban el advenimiento de huitzilopochtli (Dios de la guerra), que se efectuaba en el llamado mes de Panquetzaliztli, correspondiente al periodo que va del 7 al 26 de Diciembre, temporada que coincidía con la práctica europea de celebrar la Navidad, los españoles en su tarea por evangelizar y sacar de su marasmo y depresión a los indígenas sustituyeron a los personajes de estas festividades; desaparecieron a Huitzilopochtli del culto y representaron en las posadas a José y María a su salida de Nazarena en camino a Belén, posteriormente el nacimiento de Jesús, esta representación se conforma de 9 posadas y se celebran en los atrios de las iglesias y como atractivo agregaron las piñatas, con su siguiente letanía.
“No quiero oro, ni quiero plata ”yo solo quiero romper la piñata”.
La intención de este canto, era programarnos, “conformense con lo que recojan del suelo", mientras nosotros nos llevamos su oro y su plata, porqué ustedes son unos indios ignorantes y no les sirve para nada, todos los indígenas cantando, más por la necesidad de intentar ahogar el dolor que produce la perdida de la identidad, que por gusto.
Mientras tanto los españoles cargaban con nuestras riquezas y toda la autoestima de un gran pueblo...
*No está demás mencionar que España era el país más rico de Europa en el año de 1519, que 90 % de esa riqueza provenía del oro y plata del Continente Americano.
En los primeros 150 años de conquista, 17,000 mil toneladas de plata, y unas 200 toneladas de oro arribaron a España.
Cuentan los frailes que llegaron a evangelizar tiempo después a los indígenas, que su mirada era parecida a la de un perro apaleado, si el conquistador hacia un ademán con el brazo, el indígena saltaba asustado, creyendo que un golpe estaba por venir.
Fueron 300 años de dominio español...
Si a esto le sumamos los tiempos de la dictadura de Porfirio Díaz, al cual le ofendía el color de piel del pueblo mexicano, “él intento mejorar la raza”, al invitar extranjeros de piel blanca y ojos azules a vivir en México, para crear una mezcla digna, “blanquear a la población” era una premisa de Don Porfirio Díaz.
Si añadimos una educación, a veces involuntaria o por ignorancia, donde se nos han reforzado desde que somos niños, los siguientes calificativos:
¿Que no piensas inútil?, ¡no sirves para nada pendejo!
¿Quién eres tú? ¡Si no eres nadie! ”Eres un hijo de la chingada”
¡Tenias que ser tú! todo te sale mal… burro. ¡Crees que regalan el dinero! etc.

De esta forma están retransmitiendo a cada generación este síndrome de destrucción que daña la autoestima de toda una nación.

Aquellos que no estudian su historia están condenados a repetirla.
Fuentes * México Profundo.
¿Qué nos pasa?...
¡Son vestigios del Síndrome de la Conquista!
Los mexicanos tenemos una herida que todavía está abierta, herencia de la invasión europea, cada día a un gran porcentaje de deportistas les asusta asumir retos, comprometerse con su presente y futuro inmediato, permitimos que nuestros sueños se desmoronen, siempre pensando en tiempos mejores, estos solo vendrán cuando estemos dispuestos a tomar el control de nuestro destino, de nuestros pensamientos y paremos el sabotaje que engulle nuestros talentos, ¡vacunemonos! un antídoto contra el devastador daño moral del que fuimos objeto.
Constantemente nos autodevaluamos al respondemos “no soy nadie para opinar”, en lugar de contestar, “no me corresponde opinar”.
Creemos que no merecemos ser triunfadores, nos enfermamos de miedo y nos acomplejamos ante los grandes equipos, dejemos de culpar a otros por nuestras desgracias y afrontemos las consecuencias de nuestros actos. Pareciera ser que no nos queremos enterar que vivimos en un México del siglo XXI que está muy lejos de la modernidad, de ser considerado un país de primer mundo, la indisciplina, la apatía, el temor de cada uno de los que conformamos esta gran Nación, nos tienen sumidos en una crisis profunda.
A los mexicanos nos pasa lo mismo que a los elefantes de circo.
Se inicia la programación del elefante cuando este es bebe, se amarra una de sus patas delanteras a una estaca apuntalada del piso, el animal empuja y tira con todas sus fuerzas, intentando soltarse, a pesar del esfuerzo se da cuenta que no logra su propósito, agotado y lastimado, continua con su lucha, al no lograr su objetivo, al paso de los días termina por desplomarse… llegando ese terrible momento donde acepta su derrota y se resigna a su destino.
El elefante enorme y poderoso que vemos en el circo, no escapa porqué cree que no puede.
Él tiene registro y recuerdo de la impotencia y el dolor… La gran tragedia es que jamás, intentara poner nuevamente a prueba su fuerza.
Es así como nos parecemos en actitud a estos paquidermos, vamos atados a cientos de estacas, que nos engañan haciéndonos creer que son más fuertes que nuestra voluntad, nos resignamos a vivir de forma mediocre.
Tenemos miedos ancestrales que nos limitan.
Llego el momento de tirar de esa estaca, de no responsabilizar a otros por nuestras derrotas, asumamos el control de nuestras vidas.


¡Mexicanos al grito de guerra! pero de nuestra propia batalla interna.
El verdadero rival a vencer esta en nosotros, alojamos en nuestro interior a un traidor que nos dice no puedo… esta difícil, hay que flojera mañana empiezo; Nuestro Fútbol está sangrando, nuestra autoestima está herida por nuestros pensamientos y actitudes negativas, en muchos casos por la apatía, otros por ignorancia y el conformismo ya basta, no más pretextos sanemos nuestras propias actitudes.
Debemos caer en cuenta que somos nuestros propios enemigos, que insistimos en aferrarnos a nuestros temores, estamos llenos de complejos, combatamos al conformismo y a la mediocridad que crece como un cáncer que atrapa y enferma nuestros sueños.
Nos hemos lamentado por la conquista durante siglos, es tiempo de reconstruirnos, es preciso olvidar ese pasado, por el bien de nuestro presente.
Nuestro país necesita crecer, para que eso suceda tenemos que abandonar esa cultura de la duda en nuestros talentos, dejemos de lado pensamientos, actitudes negativas que requieren poco esfuerzo, debemos darnos la oportunidad de creer en nosotros mismos, no castremos nuestros sueños.
Como Seleccionados poseen el poder transformador, el potencial, la inteligencia y el talento necesarios, para reencontrar nuestra grandeza, debemos poner en ese intento, coraje, disciplina, perseverancia, entrega y mucho trabajo… Es una obligación recuperar esa grandeza, Seamos dignos representantes de Nuestro México, Seamos una Selección Nacional de éxito.
Ustedes son un grupo privilegiado que puede ayudar a cambiar el destino de su país, por cada logro como Selección, estaremos mandando un mensaje a nuestro pueblo, que somos una nación que merece resurgir y como seres humanos recuperar la dignidad y el autorespeto al superar nuestros complejos.
Deben concluir cada entrenamiento preguntándose, si están dando lo mejor de ustedes mismos.
Muchos de nuestros paisanos se van de mojados a realizar trabajos, que nadie desea hacer, esto si antes no han perdido la vida al intentar cruzar la línea fronteriza, en busca del sueño de una vida mejor.
Ustedes no necesitan arriesgar la vida para alcanzar sus sueños, solo necesitan comprometerse con una disciplina física y mental, acompañada de esfuerzo sostenido, trabajo duro, ambición… y hacer bien lo que saben hacer… jugar al fútbol.
Inhale profundo y pregunte a los jugadores de la Selección Nacional
_ ¡Podrán hacerlo! … Como si algo hubiese despertado en sus entrañas contestaron a todo pulmón.
_ ¡Si podremos!
_ Podrán hacerlo volvía a preguntar, todos unidos en una sola voz contestaron
_ Siii podremos

Nada hay que nos pueda impedir elevarnos y mejorarnos como Selección.
Nadie puede detener nuestro progreso, más que nosotros mismos.
Se escucharon aplausos y porras, estos guerreros estaban profundamente conmovidos, les di las gracias por su tiempo y atención. Uno a uno se despidió de mí.
_ ¡Bienvenida Caty! me dijeron los líderes de ese grupo.
Continuara...
Lunes 13 se Abril
Dolores en el Alma

Meses después de esta plática se me acerco uno de los jugadores.
_ ¡Sabes caty desde que era niño, cargo con una gran tristeza! … _Un profundo silencio fue acompañado de dos enormes lágrimas que resbalaron por ese rostro fuerte y angustiado...
_ ¡Por más que trato, no sé como dejarla a un lado!… mi padre me castigaba con frecuencia y me sometía a unas palizas tremendas, ¡pero sabes!, eso no es lo que me duele ¡lo que me muerde el alma!, es recordar todas las humillaciones constantes a las que fui sometido… después que nos contaste nuestra historia, la de la Conquista de América… ¡me di cuenta, que no se necesita ser conquistador! para destruir la auto estima de los Mexicanos, muchas veces la propia familia se encargara de eso, en mi casa siempre hubo carencias de todo tipo, esto era motivo de grandes pleitos… gritos y mentadas de madre, intentando escapar de tanto caos, me salía de la casa con un balón que se caía a pedazos… ¡creó que era una forma de olvidar el hambre y la profunda soledad que sentía!, cuando jugaba la cascarita el tiempo se pasaba volando, sin darme cuenta ya era de noche.
¡Entonces sí!… a sufrir y a correr, el corazón me latía con tanta fuerza al saber lo que me esperaba, que de ver mi sufrimiento uno de mis amigos siempre me decía...
_ échate saliva atrás de las orejas, ¡pa´ que no te madreen!
_ ¡Donde andas cabrón! No más estás perdiendo el tiempo, con ese pinche balón.
_ ¡Solo salí un ratito a jugar!… ¡No me pegues papito!
_ ¡Que jugar, ni que jugar! ... Hijo de la chingada, ponte a trabajar, _las patadas volaban encima de mi cabeza y otras daban en el blanco... “Ahora que lo pienso, a lo mejor por eso soy bueno para patear el balón” de tantas patadas que recibí, ¡no me da miedo encarar! y salgo a darle duro a las patadas… “doy y me dan Je je” _más que una sonrisa, esa expresión fue dicha con una profunda tristeza.
_ ¡Es que quiero ser futbolista papá!
_ ¡A qué sueñas pendejo! a caso crees que ese balón nos va a dar de tragar… ¡si no sirves para nada!
_ ¡Mis amigos dicen que soy bueno!
_ ¡Qué vas a ser bueno! solo sirves para tragar y cagar, bueno habías de ser la escuela, ni eso sirves cabrón, ¡eres un atarantado, bueno para nada!
_Durante el relato a este muchacho, le temblaba la barbilla, su mirada estaba enterrada en el piso, se escuchaba claramente el chasquido de sus nudillos que frotaba con angustia, como si con eso intentara lastimarse, por varios minutos permaneció en silencio… tome sus manos entre las mías, al sentir la fría humedad de su piel, un dolor electrizante recorrió mis venas hasta llegar directo a mi corazón, solo atine a abrazarlo, tranquilo respira profundo, le dije intentando cortar mi propia emoción, ya que estaba a punto de soltarme a llorar con él.
Al revivir sus recuerdos, las viejas heridas se reabrían y un caudal de lágrimas baño su rostro curtido por el sol.
_ ¡Caty! ve cuanto tiempo ha transcurrido y no puedo superar esas palabras, dichas con tanto rigor ¡me lastiman profundamente!... ¡será que mi padre me odiaba!... luego tú vienes a decirnos que merecemos recuperar nuestro pasado de grandeza y yo me digo ¿Cuál grandeza? si mi pasado fue miserable y solo quiero olvidarlo.
Cuando juego fútbol con mi equipo y me equivoco, inconscientemente pienso que mi padre tenía razón, ¡soy un pendejo perdedor! que aspira a nada… Pero algo muy dentro de mí no lo acepta y sostengo una lucha interna tremenda, como no se lidiar con esas emociones me pongo a entrenar como un loco, ¡como si con eso lavara! las palabras que me repitió mi padre y por años han quemado mis alas, ¡si es que acaso las tengo!, ¿Caty qué debo hacer?
Su cara estaba empapada de lágrimas, le di un pañuelo desechable para que las secara, en tono muy suave le respondí.
_ El primer paso para sanar nuestro corazón es saber
¿Cuál es la causa de nuestro sufrimiento?... Tú la conoces.
Los golpes físicos y emocionales de tu infancia, siguen vigentes, intentas darle un tono de chiste al relato de los golpes, pero en la cara reflejas el sufrimiento terrible que te produce recordar esos momentos, ¡debes de perdonar desde lo más profundo de tu corazón, elimina esos sentimientos que tanto te torturan ¡Tú no eres responsable de las frustraciones de tu padre!... ¡Tú no elegiste ese sufrimiento!... de lo que si eres responsable, es el presente que quieres vivir, el pasado quedo atrás, cuando estos recuerdos dolorosos intenten regresar córtalos, no les de fuerza.
Mira la vida es un juego y debemos aprender a jugarlo, los seres humanos que exacerban sus emociones como el desamor, el abandono, la tristezas, el miedo, el estrés y se preocupan en demasía son los que pierden en este juego llamado vida.
Estos seres humanos que viven con las emociones en desequilibrio sufrirán el doble, atrapados por años en la trampa de la duda y la desesperación, igual pasa en los partidos de fútbol, si los futbolistas están tan preocupados a la hora de jugar un partido, pierden el sentido real del juego.
Para poder avanzar en las casillas de la vida debemos tener una actitud positiva… me comentaba Ricardo que a lo largo de su carrera como entrenador, era una constante que en los entrenamientos, los jugadores la "rompían", demostraban habilidades extraordinarias en su juego pero a la hora de jugar los partidos importantes esas habilidades parecían esfumarse. Su conclusión como entrenador es que los muchachos sufren en exceso y eso crea un desgaste emocional que colapsa sus talentos.
_ Eso pasa contigo, no olvides que los pensamientos negativos, son los que nos pueden hacer fracasar, ¡elije solo lo que te haga crecer como ser humano! lo más importante es que tengas presente ¿Cuál es el sentido de tú vida?, el jugador se quedo pensativo un par de minutos.
_Ahora si me torciste, ni siquiera había pensado en eso.
Después de unos momentos de reflexión contesto.
_ ¡El sentido de mi vida es ser futbolista!
_ No esa es tu profesión, ¿Cual es el sentido real de tu existencia? _después de varios minutos respondió con un tono irónico
_ ¡Tal vez es luchar por mis sueños como un loco! y justo en el momento en que voy a llegar, las puertas se me cerraran, “estrellándome en ellas como un tarado,” Ji ji ji”
¡Hay Caty! ya en serio, no sé.
_ ¿Por qué despiertas cada día? ¡Para hacer de tu vida un infierno! desgastándote al luchar con fantasmas del pasado, ¡Oh para buscar tu felicidad a pesar de la adversidad! ¿Para qué entrenas cada día? ¿Acaso es para tirar a la basura el trabajo de años? El chico, se quedo en silencio un par de minutos, sus ojos parecían buscar la respuesta en el techo de aquel salón.
_ ¡No!
_El sentido de la vida es vivir nuestra propia vida a plenitud, sacándole el máximo provecho a nuestros talentos, sin mutilarlos anteponiendo las cargas del pasado, ¿Qué posibilidades tienes? Si cada que asumes un reto dejas que el pasado te encadene. Pasado tiempo pasado, este ya no volver.
¡Ahora tienes un sueño!, todos los seres humanos "Queremos ser alguien que marque diferencia” no importa ¿Quiénes somos?, ni de dónde venimos. ¡Pero… aquí la gran pregunta es! ¿Por qué la gran mayoría abandona sus sueños? … ¡Millones de personas tienen miedo a defraudare a sí mismas!, prefieren quedarse con la duda, antes de atreverse a encarar las emociones que paralizan.
Nada importante sucede sin un sueño, hoy tú tienes el sueño de cientos de miles de seres humanos, ¡que es trascender como futbolista a nivel mundial!, concédete la oportunidad de hacerlo realidad, no lo asesines... Agárrate muy fuerte de tu sueño cuando se te quiera morir, no lo sueltes ¡atrévete! a creer en tu talento, vive el solo por hoy creo en mí y mañana igual, solo por hoy, ¡por algo estas aquí!... ¡esta es tu oportunidad!, recuerda que la vida no espera y si no superas ahora tus tristezas, cuando decidas hacerlo tal vez será muy tarde; ¡Sabes que Ricardo La Volpe confía en ti! no te defraudes, ni lo defraudes, ¡Vamos amplifica la confianza en tus talentos y en tu fortaleza interior.
¡Es ahora o nunca! Puedes hacerlo le dije mirándolo a los ojos “una luz” pareció iluminar su rostro, su ceño fruncido se fue suavizando, la voz le salió como un susurro.
_ Caty tienes razón, he perdido un tiempo valioso de mi vida sintiéndome deprimido y alimentando mis supuestas miserias.
_ Si lo sumamos ya son varios años perdidos, ahogado en tristeza y no vale la pena desperdiciar así tu tiempo
_ ¡Cuánta razón tienes! me ayudaste a encontrar ese botón! que tenia perdido en algún lugar de mi corazón… ¡cuando las tristezas ensombrezcan mi camino! Sé que no voy a dar tumbos, porqué hoy aprendí donde apretarme para encender mi propia luz y no sentirme perdido.
_ Gracias Caty, me dijo conmovido.
Sé que los muchachos se abrieron de capa conmigo porqué no soy psicóloga, ya que detestan que los sicoanalicen, ellos mismos dicen, si no estamos locos.
_ No se necesita estar loco para acudir al psicólogo.
_ ¡A nosotros esas ondas no nos gustan! _dijeron varios de los jugadores.
Me decidí a incluir este relato, porque con el transcurrir del tiempo, he reafirmado que este pasaje en la vida de un futbolista profesional, es una constante para una gran mayorías de mexicanos de siglo XXI.
Este jugador ha trascendido y superado esa tristeza que le mordía el alma. Durante mis años vividos con la Selección Nacional de Fútbol, sostuve muchas pláticas con este gran ser humano.

Se aproximaba el debut de la Selección Nacional para el torneo Copa de Oro y la dinámica a realizar tenía por título "La Muerte del Miedo "

Continuara...